Ayer perdí mis llaves; anteayer, mi bikini; hace tres días la tarjeta del parking... y así hasta llenar el mes de abril. Ya no recuerdo mis olvidos durante el invierno, ya no recuerdo qué buscaba por toda la casa, ni los minutos perdidos, ni los encuentros casuales. Se me olvidó el frío, la niebla ya ni existe y los abrigos hibernan. Y es que mi mente está completa, hay overbooking de besos, de instantáneas y de palabras que nadie sabe vacías o llenas. Tu aroma quedará en el aire, por mucho vendaval que haya, tus besos sabrán a entonces y yo nunca seré la misma. Se van apilando meses, meses y más meses, uno encima del otro... Ya llegan al cielo y desde arriba me desafían a volar con una aguja de las que cosen heridas aunque nunca cicatricen.
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