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sábado, 22 de diciembre de 2012

De la belleza indescriptible

Debería escribir algo optimista para variar. Hay demasiada belleza contenida en cada acto, cada pensamiento, cada acorde... que es imposible pasarla por alto.
Pero definir las cosas bellas con palabras es demasiado complicado para mí y me limito a dejar que me arrastren de la realidad mientras las admiro embobada. Lo estético, esa gran verdad como pocas, capaz de hacernos sentir de una manera indescriptible, tan certera y efímera, subjetiva y recurrente.
Lo bello es esencial y viceversa. Saber apreciarlo en cada porción de mundo quizá, solo quizá, sea la esencia de la vida.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Es mejor ser dueño de tu silencio que esclavo de tus palabras pero el que calla otorga y por la boca muere el pez. Y claro, el tiempo todo lo cura pero el que espera, desespera. Y perdonar es de sabios, pero perdona una vez, no perdones dos ni tres, aunque la paciencia sea la madre de la ciencia. ¿Y ojo por ojo? Tampoco porque el mundo quedará ciego, como aquel que no quiere ver. Y ojos que no ven, corazón que no siente lo que piensas y piensa lo que sientes.


Y no te fíes de los consejos. Y no hagas caso a los refranes.


 Demasiados intereses, demasiadas condiciones, demasiado relativo, fácil y vacío.

martes, 7 de agosto de 2012

calm

La quietud es hermosa.
Las sombras parecen fijas y nada más existe.
Todo guarda silencio bajo las estrellas.
Los perros no ladran, los niños no lloran
y los adultos se callan.
Tampoco huele a nada . No hace frío, ni calor.
Me quedaría así para siempre,
con esta genialidad llamada mundo,
Pero siempre llega alguien,
una voz que me devuelve a ese banal ajetreo.
Pero qué hermosa es la quietud.

sábado, 26 de mayo de 2012




Nos llevan diciendo frases hechas, refranes y consejos desde que tenemos uso de razón, pero no empezamos a creérnoslos hasta que la experiencia nos los reafirma.

Trabajo, empeño, constancia y sobre todo, perseverancia. Muchísimo de todo eso.

La mayoría de las cosas que realmente tiene relevancia se consiguen y conservan con esas cuatro; no me refiero a una casa en la playa, ni a un boleto de lotería premiado, ni a cambiar nuestro físico... me refiero a lo importante. Ya sabéis.

jueves, 26 de abril de 2012

Principio de entropía



¿En qué momento deja uno de pensar a perder el tiempo? ¿Dónde se encuentra exactamente la línea que separa lo prohibido de lo añorado? ¿En qué momento nuestras acciones cruzan la frontera entre los impulsos y la razón? No lo sé. Ni quiero saberlo. Creo que ya he malgastado demasiado tiempo intentando buscar un justo medio, un balance entre el "quiero", el "puedo" y el "debo". Quizá ninguna de estas fronteras existan y nuestro problema radique en buscar razones que no existen, en intentar retener los sucesos, en tener miedo a lo que pueda pasar. Gracias (y no precisamente a ningún dios), existe algo llamado principio de entropía. Y qué bendito desorden.

lunes, 20 de febrero de 2012

No habrá otro porque sí.

Contra todo pronóstico y tirando por la borda todo mi ejército de principios, propongo un día de mi vida sin porqués. Una jornada entera sin cuestionarme nada, sin preocupaciones, sin dudas, sin desconfianzas infundadas y probablemente carente de emociones, curiosidades y certezas. 

Es extraño; ayer me preguntaba cosas porque necesitaba saberlas. En cambio, hoy no me pregunto nada, no me pica la curiosidad pero... ¿Por qué? Porque no quiero saberlo, lo que deja demostrado que hasta lo más absurdo tiene un porqué, una razón de ser.

Estoy condenada a seguir preguntándolo todo, supongo. A romperme la cabeza pensando en cosas que quizá no me lleven a ninguna parte o quizá me lleven demasiado lejos. Los 365 días del año centrifugando recuerdos e ideas.

Yo no quiero pensar, y tengo mi porqué: porque la vida es más fácil con los ojos cerrados.